Gladiadores Romanos
Origen de los Gladiadores
El Origen de
los Gladiadores se remonta al siglo VI antes de nuestra era cuando los
milicianos etruscos (oriundos de la zona norte de la actual Italia) luchaban
entre sí para honrar a los difuntos de las clases influyentes de la sociedad.
El término gladiador viene del latín gladius (espada), de ahí gladiator o
portador de la espada. Con la llegada de las primeras repúblicas romanas, los
gladiadores ya sólo eran hombres libres que luchaban a sueldo o esclavos y
ladrones, que estaban obligados a luchar. En Hispania también se realizaban
este tipo de ritos hacia el 206 a.C con un Cornelius Scipion (Africanus),
gladiador que obtuvo una gran popularidad al enfrentarse con otros soldados.
Con el tiempo,
Roma decidió que tal ritual tradicional de origen etrúsco debía incluirse en la
vida social del pueblo, convirtiéndose en un espectáculo admirado por todo el
mundo. Tenía lugar en los juegos públicos (Muneras) y comenzaron a organizarse
como herramienta política propagandística. El cargo político que los organizaba
llegaba incluso a la ruina y todo ello para conseguir fama y prestigio entre
los romanos, incluso se lanzaba a los espectadores comida, como pan, durante
los espectáculos, para con ello poder ser elegido en los comicios próximos.
Los
gladiadores tenían una dieta vegetariana alta en proteínas, ya que se
alimentaban básicamente de cebada y otras legumbres. De esta forma conseguían
engordar y tener una gran masa muscular, escudo natural que les protegía contra
heridas profundas producidas durante los combates.
Solían tener
numerosas fracturas y heridas en los combates pero según los restos óseos que
se han estudiado, presentaban buenas recuperaciones, ya que al conseguirse
mucho dinero con su comercio, los mejores médicos les trataban sus lesiones.
También recibían masajes y baños, como parte de su cuidado.
Las Reglas del Combate
Hasta tal
punto llegaron a ser importantes los combates de gladiadores que se tuvieron
que promulgar una leyes que regularan celebración, las llamadas Leges
gladiatorae, estatutos por los que se debía regir dicho espectáculo. Los
gladiadores que obtenían gran éxito recibían una gran aclamación; eran
ensalzados por los poetas, su retrato aparecía en joyas y jarrones, las damas
patricias les mimaban. También debe saberse que algunos emperadores realmente
aparecían en el la arena, como Caligula y Commodus.
Los combates
de gladiadores tenían un desarrollo bien definido. Días antes de los juegos, el
evento era anunciado por toda la ciudad donde se fueran a celebrar los juegos.
La noche antes del combate se les daba una espléndida cena junto con las
autoridades, amenizada con bailes y toda clase de placeres, era el único
instante en que podían saltarse su exclusiva dieta, ya que podría ser esa la
última noche de sus vidas. Cuentan las crónicas que en estas orgías los
gladiadores eran muy deseados, al ser hombres muy grandes y musculosos, además
de tratarse de héroes locales, similares en la actualidad a los jugadores de
fútbol.
La autoridad
indicaba con la posición de su dedo índice el destino del gladiador vencido en
el combate. Si este índice se dirigía hacia el cielo, el derrotado conservaba
su vida. Esta opción no era muy común ya que el público estaba deseoso del
derramamiento de sangre por lo que ”la autoridad”, que solía ser el
patrocinador del evento, debía seguir sus deseos para que así, obtuviese el
reconocimiento del público Si el dedo índice señalaba la yugular, se procedía a
la ejecución del gladiador vencido introduciéndole la “espada costa” por el
cuello en dirección al corazón. Muchos gladiadores dejaban testamentos y
disposiciones, para que en caso de muerte, sus familiares o conocidos pudieran
beneficiarse de sus pertenencias.
Tipos de Gladiadores
Los
gladiadores eran habitualmente esclavos, prisioneros de guerra o bien
condenados por algún delito grave. Practicando la lucha se les daba la
oportunidad de conseguir su libertad, la fama y, en muchos casos, una
considerable posición económica. Tampoco faltaron personas que ingresaron en
los Ludi (escuelas de entrenamiento y formación de gladiadores) con el único
afán de divertirse y conseguir fama. Dentro de las leyes romanas había una que
castigaba al reo a la condena llamada Ad gladium, es decir a luchar a muerte
con la espada en la arena del circo. Todos los gladiadores eran entrenados en
los Ludi, cuyos propietarios eran los Lanistae.
Llegaron a
existir hasta nueve tipos de gladiadores, que se distinguían por sus
vestimentas y por las armas que portaban.
Los Andabatae se
les conocían por su casco sin aberturas para los ojos.
Los Equites
iban a caballo o en carroza (aurigas), por lo que solían luchar entre ellos.
Los Hoplomacus
portaban tiras de cuero en muchas partes del cuerpo (tobillos, muñecas,
rodillas) y una especia de “slip” para proteger de la visión sus partes más
íntimas. Luchaban con grandes escudos, casco con visera y cimeras.
Los Mirmos
provenían la mayoría de la Galia (actual Francia) y se caracterizaban por
llegar en su casco un dibujo de un pez (en latín- Myrmo). Su indumentaria se
basaba exclusivamente en un largo escudo rectangular y armas de procedencia
gala.
Los Reciarius
no llevaban protección ni en la cara ni en la cabeza y tan solo portaban una
túnica con un cinturón ancho de cuero, un tridente, un puñal y un red.
Los Retiraii-
portaban red, un largo tridente y un puñal y eran conocidos por no llevar casi
nada encima. Solían luchar contra los Secutors.
Los Secutors
portaban espada, escudo, casco con visera y una espada. Tenían fama de ser muy
valientes y de ganar en muchos encuentros gracias a su agilidad de sus
movimientos.
Los Samnita:
eran conocidos por los grandes escudos ornamentados que llevaban en el pecho,
sus cascos con crestas y aletas. Utilizaban una espada corta y recta, además de
un pequeño escudo,
Los Tracius
debían su nombre a sus largas espadas. Portaban tridente o espada corta, escudo
cuadrado pero no casco. Sus piernas estaban protegidas.
Gladiadores de la Historia
Cornelius
Scipion “Africanus”: El primer gladiador conocido de la historia. En el 206 a.C
participó en los primeros juegos de gladiadores en honor a su difunto padre.
Espartacus:
Famoso por acaudillar una rebelión de esclavos contra el poderío de Roma. Dicen
que era un príncipe tracio y que vivió en el s.I a.C. Este soldado de las
tropas auxiliares romanas de Tracia llegó a desertar y huyó buscando su
libertad, siendo retenido y hecho prisionero. Gracias a su preparación física
fue enviado con los gladiadores de Capúa. En la escuela de gladiadores de
Capúa, famosa por haber albergado los juegos más sangrientos, Espartaco empezó
a revolucionar a todos por sus ideologías en contra de los Gracos y por la
pérdida de los poderes del pueblo más llano.
Volvió al
ejército y llegó a organizar un ejército de 40.000 hombres junto a los cónsules
enviados por Roma, Léntulo y Publícola. Luchó con valentía por la libertad y la
justicia. Espartaco fue preparado en Capua, lugar donde llegó tras ser hecho
prisionero y en que entró en su escuela de gladiadores, y fue el instigador de
la famosa rebelión de los esclavos contra Roma. Espartaco murió en el combate
contra las tropas de Marco Licinio Craso y 6.000 de sus soldados fueron
crucificados a lo largo de la Vía Apia.
Diocles, “El
Hispano”: Llegó a vencer en 1462 carreras y en ganar una gran fortuna en épocas
de Trajano y Adriano durante el I siglo d.C.
Marco Valerio
“Hispánico”: Ex general romano. Su historia se dió a conocer gracias a la
película que protagonizó Russell Crowe en “Gladiator” con el nombre de Maximus
Decimus Meridius “El Hispano”, nacido en Mérida (Extremadura). El auténtico
vivió a finales del siglo II d.C (Año 180) y fue muy conocido en su época,
sobre todo cuando el espectáculo de los gladiadores iba a menos y otra causa
fue que el Imperio Romano era ya prácticamente cristiano.
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